Enseñar inglés a niños en casa es una tendencia en auge entre padres y madres que buscan aprovechar el entorno familiar como espacio de aprendizaje. Con el enfoque adecuado, es posible ayudar a los más pequeños a adquirir una segunda lengua de forma natural y divertida. La clave está en integrar el inglés en la rutina diaria, utilizar juegos y actividades que se adapten a ellos. Conoce algunas de las actividades que te recomendamos como colegio británico especializado en una enseñanza dinámica y divertida.
Juegos para enseñar inglés a niños en casa
1. Simon Says
Este juego clásico es ideal para enseñar verbos de acción y partes del cuerpo. El adulto da instrucciones en inglés, como “Simon says touch your nose” o “Simon says jump”, y el niño debe seguirlas solo si la frase empieza por “Simon says”. Es perfecto para reforzar la comprensión auditiva y la asociación entre palabras y movimientos.
2. Búsqueda del tesoro
Consiste en esconder pequeños objetos por la casa y ofrecer pistas en inglés, como “Look under the table” o “Go to the bedroom”. Se puede adaptar a distintos niveles añadiendo instrucciones más complejas o incluyendo vocabulario temático como colores, formas o números.
3. Flashcards o tarjetas de vocabulario
Las tarjetas con imágenes y palabras ayudan a memorizar nuevo vocabulario de forma visual. Se pueden usar para jugar a emparejar palabras, a juegos de memoria o simplemente para introducir nuevas palabras en sesiones breves.
4. Juegos de mesa adaptados
Juegos como la oca, el memory o el dominó pueden adaptarse fácilmente al inglés. Por ejemplo, cada vez que un jugador avanza, debe decir una palabra del tema que se está trabajando: animales, colores, alimentos, etc.
5. Pictionary en inglés
Este juego permite practicar vocabulario mientras se dibuja. El adulto o el niño dibuja una palabra que los demás deben adivinar en inglés. Es útil para reforzar la asociación entre conceptos y palabras de una manera más visual.
Actividades cotidianas para aprender inglés
Aprender inglés no tiene por qué limitarse al aula o a momentos específicos. Muchas situaciones del día a día son excelentes oportunidades para reforzar el idioma de forma natural y divertida. Estas actividades ayudan a los más pequeños a integrar el inglés en su rutina, favoreciendo una inmersión gradual y efectiva. Aquí te dejamos algunas ideas prácticas:
Rutinas diarias (Routines)
Incorporar frases sencillas en momentos clave del día es una forma muy eficaz de familiarizar a los niños con el idioma. Por ejemplo:
- “Time to eat” (es hora de comer)
- “Let’s go to bed” (vamos a la cama)
- “Wash your hands” (lávate las manos)
Estas expresiones, repetidas diariamente, ayudan a asociar acciones con palabras en inglés, reforzando el vocabulario sin esfuerzo.
Canciones infantiles
La música es una herramienta poderosa en el aprendizaje de idiomas. Cantar canciones infantiles en inglés permite adquirir nuevo vocabulario, mejorar la pronunciación y desarrollar el oído. Algunas de las más recomendadas son:
- “The Wheels on the Bus”
- “If You’re Happy and You Know It”
- “Head, Shoulders, Knees and Toes”
Estas canciones suelen ir acompañadas de gestos, lo que facilita la comprensión y la memorización. Estas canciones puedes encontrarlas en Internet, por ejemplo, en Youtube.
Lectura de cuentos en inglés
Leer cuentos ilustrados en inglés estimula tanto la comprensión oral como visual. Los padres pueden leer en voz alta y aprovechar las ilustraciones para hacer preguntas como:
- “What’s this?”
- “What color is the cat?”
Este tipo de interacción no solo mejora el vocabulario, sino que también refuerza la comprensión y la expresión oral.
Ver dibujos animados en inglés
Una manera divertida de enseñar inglés a los niños es con dibujos animados. Ver series o dibujos en inglés es una forma entretenida de escuchar el idioma en contexto. Programas como Peppa Pig, Bluey o Dora the Explorer están diseñados para niños y utilizan un vocabulario simple, frases cortas y un ritmo pausado.
Lo ideal es empezar con episodios cortos y acompañar al niño para ayudarle a entender lo que ve.
Consejos para enseñar inglés en casa de forma efectiva
Enseñar inglés en casa puede ser una experiencia enriquecedora tanto para los niños como para los adultos. No necesitas ser un experto en el idioma para ayudar a tu hijo a dar sus primeros pasos. Lo más importante es crear un ambiente positivo, constante y motivador. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos:
1. La repetición es clave
La repetición ayuda al cerebro a asimilar nuevos sonidos, estructuras y palabras. No te preocupes si al principio tu hijo no comprende todo. Escuchar frases como “Good morning”, “Let’s go!” o “Well done!” todos los días hará que, poco a poco, las reconozca y las relacione con su significado. La exposición continua genera aprendizaje natural y sin presión.
2. No necesitas hablar inglés perfectamente
No hace falta tener un nivel alto para enseñar en casa. De hecho, aprender junto a tu hijo puede ser muy positivo. Muestra curiosidad, haz preguntas y diviértete mientras aprendes. Esta actitud transmite confianza y elimina el miedo a equivocarse.
3. Fomenta la comprensión y la participación
No te centres en corregir cada error. Lo importante es que el niño se sienta cómodo utilizando el idioma. Celebrar sus intentos y reforzar su participación generará seguridad y motivación. La fluidez vendrá con el tiempo, y corregir de forma natural y con cariño será más efectivo.
4. Usa recursos visuales y auditivos
El apoyo visual y sonoro refuerza el aprendizaje. Puedes usar:
- Flashcards o dibujos
- Canciones infantiles en inglés
- Vídeos educativos o dibujos animados
- Juegos con gestos o dramatizaciones
Los niños aprenden mejor cuando asocian palabras con imágenes, sonidos o movimientos.
5. Adapta el contenido a su edad y nivel
Empieza poco a poco. Los niños más pequeños se benefician de aprender palabras sueltas y frases cortas, como nombres de colores, animales, o saludos simples. A medida que ganan confianza, puedes introducir frases más completas y vocabulario más variado. Respetar su ritmo es fundamental para que disfruten del proceso.
¿Por qué establecer una rutina diaria para enseñar inglés?
Crear una rutina específica para el aprendizaje del inglés ayuda a los niños a anticipar y prepararse para las actividades. Sesiones cortas y frecuentes, de 15 a 20 minutos, son más efectivas que sesiones largas y esporádicas. Incorporar el inglés en momentos cotidianos, como durante el desayuno o antes de dormir, puede reforzar el aprendizaje.
Incorporar el inglés en actividades diarias
Utilizar situaciones cotidianas para practicar el inglés permite a los niños aprender de forma contextualizada.
- Al vestirse: nombrar las prendas en inglés.
- Durante las comidas: identificar alimentos y utensilios.
- En el supermercado: leer etiquetas y señales en inglés.
Estas prácticas fomentan la asociación entre palabras y objetos reales, facilitando la retención del vocabulario.
Utilizar recursos multimedia
El uso de canciones, cuentos y programas en inglés puede mejorar la comprensión auditiva y la pronunciación. Series como «Peppa Pig» o «WordWorld» están diseñadas para enseñar inglés de forma entretenida. También se puede recurrir a herramientas online en cualquier formato, ya sea juegos, vídeos o libros.
Como colegio británico, en Santo Ángel British School entendemos que el entorno familiar puede ser un gran aliado en el aprendizaje del inglés. Por eso, fomentamos la participación activa de las familias y proporcionamos recursos para que el idioma forme parte del día a día también en casa.
Si buscas una educación bilingüe de calidad, contáctanos y descubre cómo ayudamos a tus hijos a aprender inglés de forma natural y duradera desde sus primeros años.